“Todo México es un foco rojo”: Laura Castellanos

Por Aristegui Noticias | Domingo, Julio 24, 2016

Desde hace 45 años no han dejado de aparecer movimientos armados de origen popular. De las guerrillas a las autodefensas, cuando ciertos círculos sociales no reciben atención por parte de las autoridades se organizan en células. La periodista Laura Castellanos se propuso investigar el origen y las causas de estos grupos en México Armado. 1943-1981, libro recién reeditado por el sello Era.

En entrevista, Castellanos cuestiona: “¿Por qué nos extraña una masacre como la de Nochixtlán? En los últimos dos años hemos presenciado los sucesos de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, Villa Purificación, Tanhuato, Ostula y ahora Nochixtlán. Siete masacres en dos años. A lo largo de todo el siglo pasado nunca hubo tal cantidad de sucesos de este tipo en un tiempo tan breve”.

Su libro México Armado deja ver que hay patrones que aún se repiten en el surgimiento de agrupaciones civiles armadas y en la forma de afrontarlas por parte de las autoridades.

Hay un patrón de la manera en que el Estado enfrenta la violencia popular. Carlos Montemayor lo estudió en su libro La violencia de Estado en México, y sigue siendo una constante en movimientos estudiantiles, campesinos y magisteriales. A partir del mecanismo de represión y criminalización, brotaron una treintena de grupos guerrilleros. Si México Armado no ha perdido vigencia es porque desde hace cuarenta años no ha dejado de haber guerrilla.

Sin embargo, la percepción generalizada es que las manifestaciones guerrilleras son intermitentes.

Sí, después de la masacre de Nochixtlán salieron a la luz el EPR y el EZLN. El primero llamó a los maestros para tomar la autodefensa armada y el segundo, aportó una tonelada de alimentos a los maestros.

¿Por qué no dejan de surgir guerrillas?

Las organizaciones guerrilleras surgen después de la represión de un movimiento popular que agotó las vías legales y jurídicas. Así sucedió en Morelos, Chihuahua, Nuevo León, Jalisco y la Ciudad de México. La estrategia de actuación desde el poder es la misma y no ha cambiado.

Una constante dentro de las movilizaciones es la presencia de los maestros.

No es casual que maestros de los estados más empobrecidos sean los más radicales, como tampoco fue casual que en Chihuahua se solidarizaran con indígenas y campesinos que exigían la expropiación de terratenientes; un ejemplo más es Lucio Cabañas quien se sumó a los campesinos para hacer frente a los abusos de los caciques. Ellos siempre han estado ahí porque son de los primeros en entender a sus comunidades.

En el libro ubica como un parteaguas la marcha de la madre de los desaparecidos ocurrida en 1979.

A esa manifestación encabezada por madres de desaparecidos, se sumaron madres de guerrilleros presos. Aquella fue la primera vez en la que la ciudadanía salió a las calles después de los acontecimientos de 1971. Confluyeron sectores feministas, campesinos, comunistas y médicos. El episodio nos ayuda a comprender que si hoy somos un país de desapariciones forzadas es porque desde los sesenta se realizan estas prácticas con total impunidad. La violencia institucional ha provocado violencia popular, que a su vez genera mayor represión.

¿Por qué asegura que los métodos se repiten?

Cambió el gobierno pero es la misma oligarquía. La estructura militar quedó intacta, solo fue un cambio de membrete. Los intereses de los poderosos no se han tocado. Los victimarios siguen gobernando. A partir de la ejecución de la familia Jaramillo en 1962 se desató la represión impune. ¿Por qué nos extraña una masacre como la de Nochixtlán? En los últimos dos años hemos presenciado los sucesos de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, Villa Purificación, Tanhuato, Ostula y ahora Nochixtlán. Siete masacres en dos años. A lo largo del siglo pasado nunca hubo tal cantidad de sucesos de este tipo en un tiempo tan breve. La diferencia es que hoy existen las redes sociales y se pueden obtener evidencias comprometedoras, pero aún así predomina la impunidad. Por supuesto hay una estrategia de desinformación, censura y autocensura, en los medios, pero a diferencia de lo que sucedía antes, hoy veo a una sociedad más indignada y alerta.

Hoy también existe una variable nueva, me refiero al crimen organizado. Las guerrillas o algunos de grupos de autodefensas pueden ser cooptados por ellos. ¿Ve en este punto una amenaza real?

Sí, pero las autodefensas no se alzan contra el Estado, piden su intervención. Además no tienen una posición ideológica. Las guerrillas son diferentes. No las veo como un caldo de cultivo para el narcotráfico. Al contrario, percibo su repliegue en los territorios ocupados por el narcotráfico. Su actuar es a través de comunicados, su estrategia es de largo plazo. Saben infiltrarse en movimientos populares para hacer propaganda e instar a la desobediencia civil para alimentar un clima de caos.

¿Las guerrillas mexicanas hacen a un lado las armas?

Se tiene la idea de la guerrilla como un grupo armado que anda en la sierra pero no es así. Hay distintas estrategias y momentos de actuación, dependiendo de las circunstancias. Puede haber un repliegue táctico para reclutar integrantes; puede tener también un brazo no armado que incluso cuenta con un grupo de estudio.

¿Cómo leemos que el EZLN se vuelva a manifestar a partir de Nochixtlán?

Ellos nunca han dejado de estar, ahora las circunstancias les dan mayor visibilidad. El aumento de la violencia estructural provoca una ascendencia de la violencia popular, y en esa dinámica las guerrillas tienen más visibilidad. Todo el país es un foco rojo y ante la violencia popular es importante tener herramientas para comprender las detonantes.