"El Ojos", a un año de haber sido abatido

Por La silla rota | Sábado, Julio 21, 2018

Hace un año, un grupo especial de la Marina abatió a Felipe de Jesús Pérez Luna "El Ojos", en ese entonces, el narcotraficante más buscado y poderoso de Ciudad de México.

Hoy, el Cártel de Tláhuac sigue operando bajo el mando de su hijo Luis Felipe Pérez Flores "El Felipillo", aunque la organización perdió poder y la tendencia expansiva que llevaba en los últimos años hasta territorio mexiquense.

Si bien con la muerte de "El Ojos" se redujo el grupo delictivo, la problemática con la venta de droga y los homicidios en Tláhuac, Iztapalapa, Valle de Chalco y Chalco, en Edomex, no cesó.

En lo que va del año, en Tláhuac suman 16 asesinatos ligados a grupos criminales; en Iztapalapa van 38, acorde con informes de la Procuraduría y Secretaría de Seguridad Pública capitalinas.

EL ORIGEN DE "EL OJOS"                                   

El ascenso en el escalafón delictivo de Pérez Luna se debió en gran parte a su vínculo con Héctor Peralta Vázquez "El Papis", un secuestrador que, a su vez, tenía nexos con narcotraficantes.

"El Papis" reclutó a "El Ojos" en 2002, cuando el primero estaba recluido y lo puso a cargo de vendedores de droga en las colonias La Draga, Villa Panamericana y Juan de Dios Peza, en la mencionada delegación.

En ese momento, de acuerdo con un informe especial de la SSP, elaborado en 2017, "El Ojos" sobornó a asociaciones de mototaxistas para que vendieran cocaína y mariguana, dándole el 40 por ciento de las ganancias a "El Papis".

Este hombre tenía un largo historial delictivo, pues formó parte de la banda de secuestradores de Andrés Caletri, a quien incluso ayudó a fugarse del Penal de Santa Martha Acatitla en 1992.

En 1997, "El Papis" fundó su propia banda y fue arrestado en 2001, acusado de 4 secuestros.

A través de "El Papis", Pérez Luna conoció a otro personaje en el mundo del secuestro que también estaba encarcelado: Marcos Tinoco Gancedo "El Coronel".

Este hombre fue pareja sentimental de Cynthia Mercedes Romero Verdugo, comadre de Joaquín "El Chapo" Guzmán y cuñada de Héctor "El Güero" Palma, pues estuvo casada con su hermano Cuauhtémoc, según la averiguación PGR/UEDO/281/2002.

Su vínculo con "El Coronel" tendió un puente con el Cártel de Sinaloa, cuyos proveedores abastecieron de cocaína a "El Ojos" durante algunos años.

No fue sino hasta 2015 y luego de que Pérez Luna regresara de Estados Unidos, donde al parecer se oculta tras el asesinato de sus hermanos Baltazar y Víctor, momento en que surgió como tal el Cártel de Tláhuac.

Desde entonces, el grupo criminal opera en dicha delegación y poco a poco se extendió a Milpa Alta, Xochimilco, parte de Iztapalapa y el Estado de México.

"El Ojos" siempre fue descrito como un hombre a la vieja usanza, con costumbres de pueblo y apegado a su familia.

Los informes de inteligencia señalan que no era vicioso, pero sí amenazante no sólo con quienes no querían colaborar con él, sino con personas cercanas, parejas sentimentales y familiares que le daban la contraria.

“En el velorio de un sobrino suyo, en 2016, "El Ojos" llegó con sus pistoleros y amagó a su primo, a quien le exigió no entrar en contacto con las autoridades, por más que pensara que uno de los hijos de "El Ojos" tuvo algo que ver con el asesinato de su hijo.

Según los expedientes de la SSP y la PGJ, "El Felipillo", sus primos y sus tíos maternos encabezan ahora el grupo criminal, luego de que fuera detenido Miguel Ángel Pérez "El Micky" y Ricardo Ferro Pérez "El Richi", el sobrino de mayor confianza de "El Ojos", quien cayera abatido también por la Marina en enero de este año.

FUNCIONARIOS ACUSADOS DE PROTEGERLO, AL AIRE

Tras un año de pesquisas, la Procuraduría capitalina (PGJ) todavía no finca responsabilidades penales a mandos de la dependencia, o de cualquier otra señalados por presuntamente brindar protección al Cártel de Tláhuac.

Hasta ahora, sólo 7 policías preventivos llevan proceso penal por ligas con "El Ojos" y 4 agentes del Ministerio Público de la PGJ.

Entierro de El Ojos (Noticieros Televisa)

Todos fueron separados de sus cargos, pero las acusaciones penales en su contra no eran suficientes como para llevarlos a prisión sin beneficios preliberacionales.

El delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, libró también todos los señalamientos, y la Procuraduría General de la República (PGR), así como la local, descartaron investigarlo por ningún delito.

Esto por falta de pruebas. Mientras el área de la Visitaduría de la PGJ continúa las indagatorias, ni el delegado u otro mando gubernamental y policial han sido procesados penalmente.

Otros mandos solamente comparecieron y se resolvió que no había elementos para acusarlos, como el caso de Fernando de Anda Ríos, comandante de la PGJ adscrito a Iztapalapa cuando se desató la guerra entre el Cártel de Tláhuac y otras bandas de la zona.

Con información de La Silla Rota