Tras balacera en Garibaldi, turismo cae

Por La silla rota | Miércoles, Septiembre 19, 2018

Desde hace 25 años, Juan Manuel es mariachi y trabaja en Plaza Garibaldi. "Antes todo era diferente, más bonito y el ambiente era más festivo y familiar". Sin embargo en lo que va de 2018, debido a la inseguridad que priva en la zona, afirma que músicos y comerciantes ya resienten la baja de sus ingresos.

Según Juan Manuel, este fin de semana patrio estuvo flojo en comparación del 2017 y es que el viernes pasado, un día antes del 15 de septiembre, tres presuntos delincuentes vestidos de mariachis asesinaron a seis personas y lesionaron a ocho más en un bar de la plaza. 

"El sábado sí hubo gente, no como el año pasado, aunque pensamos que iba a ver menos por lo que pasó (haciendo referencia al tiroteo). No nos quejamos, trabajo es trabajo y pues afortunadamente sí nos fue más o menos bien".

Juan Manuel no desiste pese al temor tras los hechos violentos de la semana pasada. La música la trae en la sangre. Su padre y tío eran los mariachis de la familia. Fueron ellos que lo llevaron a Garibaldi y le enseñaron a tocar la guitarra.

Otro mariachi, quien omitió su nombre por seguridad, reconoce que la disputa entre la Unión de Tepito y Fuerza Anti Unión ha ocasionado que haya más inseguridad.

"Aquí nadie dice nada pero sabemos lo qué pasa y nos hacemos weyes, porque después se pueden ir contra nosotros y eso no nos conviene. Lo que queremos es trabajar y que la gente no deje de venir, pero todo eso nos afecta y nos trae mala imagen".

Comenta que los turistas que van a Garibaldi, sobre todo a la plaza, desconocen lo que está pasando. Ellos solo se divierten y ayudan a que el comercio se mantenga.

"En realidad la inseguridad está en todos lados y hay que cuidarse. Aquí tratamos que no nos afecte y pues sí hay patrullas y vigilancia, pero pues luego no hacen nada".

Para Carlos, un mesero que pidió cambiar su nombre, la balacera del pasado viernes trajo mala imagen.

"Si vino gente el sábado, aunque estaba más lleno el viernes y pues cuando pasó generó mucho pánico y pues esto se vació. El 15 (de septiembre) trabajamos normal, pero sí hubo más gente otros años".

Después del viernes su familia le recomendó que busque otro lugar. Sin embargo, no quiere irse, porque a pesar de todo, le va bien en propinas.

"Eso de la balacera no es nuevo, como se mueve mucho alcohol, luego ya bien tomados buscan pleito, pero hay quienes sí se espantan".

LA INSEGURIDAD ES SOLO UNO DE SUS PROBLEMAS

Juan Manuel relata que el turismo ha dejado de ir a la Plaza Garibaldi, primero por los cambios que hizo el gobierno como el Museo del Tequila, que tapa la vista desde Eje Central, ya no se ve nada. "Antes venían grandes grupos de turistas y extranjeros, a esta hora y en martes ya había gente y ahora está solo".

Dice que el turismo dejó de ir a Garibaldi de manera estrepitosa cuando el entonces jefe de gobierno de la ciudad, Marcelo Ebrard, prohibió la venta de bebidas alcohólicas.

"En realidad eso ayudó a que ya no hubiera peleas en la plaza, el problema es que eso a nosotros nos afectó mucho, a los locales no, al contrario porque después de eso, la gente se fue a los bares y cantinas, y cuando salen pues ya nos piden canciones, pero no es lo mismo".

Incluso, comenta, que hubo mariachis que se fueron a sus estados o a probar suerte al extranjero. 

Antes de la prohibición, la cara de la plaza cambió. "Cuando llegué aquí hace 25 años este lugar era muy bonito, había fuentes y un kiosco, después los quitaron y dejaron puro concreto. Luego pusieron unos magueyes y lo que desgració la vista fue el Museo".

Con información de La Silla Rota