"Las filas me han ayudado mucho, me han comprado café y tortas"

Por La silla rota | Martes, Enero 15, 2019

El sexto día de falta de abasto de combustible en la capital resultó menos complicado, tanto para las estaciones de servicio como para los usuarios.

Aunque aún había filas, estas eran más reducidas que el jueves y viernes pasados. No obstante, sí hubo quien permaneció horas formado, por temor de quedarse sin combustible en caso de intentar llegar a otra gasolinera, como le ocurrió a Mari Chuleón, quien llegó a las 6:00 horas a la de Eje 10 y Copilco y luego de ocho horas, permanecía allí porque aún no llegaba la pipa.

"Vamos a seguir esperando hasta que lleguen las pipas porque no sabemos hasta cuándo se va a restablecer esta situación", compartió con La Silla Rota.

También las estaciones de servicio fueron surtidas con menos intervalo de tiempo, tal como lo constató La Silla Rota en Ermita y Tlalpan, así como en Eje Central y Víctor Hugo, donde en un día fueron surtidas dos veces.

En general, fue más tranquilo, evaluó el policía Víctor Castillo, quien vigilaba la estación de servicio de Tlalpan y Víctor Hugo.

“Ha estado muy tranquilo, respetando sus lugares y la fila para sus abastecimientos no ha pasado de dos cuadras y no se ha extendido como otros días, que abarcaba hasta allá atrás, casi eje 8".

Una tranquilidad que coincidió con el anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que el tubo del ducto Tuxpan-Azcapotzalco por fin estaba arreglado, luego de tres ataques sufridos la semana pasada.

Entre las filas y las horas de espera para los automovilistas, hubo quienes vieron una oportunidad de negocio, por estar cerca de las estaciones de servicio, y que han visto incrementar sus ganancias, como el vendedor de jugos, Samuel Hernández, en la gasolinera de Coyoacán y Universidad. "Mientras están aquí se echan su jugo y pues la espera es menor".

Otro caso es el de Gaby, quien aumentó en 50 por ciento la venta de sus envases de lavado de auto en seco, productos que ofrecía a los automovilistas que esperaban en la gasolinera de Ciudad Jardín. "Es ver el lado bueno de las cosas", consideró, y aseguró que pasó de vender 20 a 30 envases al día.

Pero también ha habido a quién le ha bajado las ventas, como dijo a La Silla Rota Josefina Gutiérrez, de Finca Palestina, que se encuentra cerca de la gasolinera ubicada a los alrededores de la estación del Metrobús La Bombilla.

“Por la incertidumbre la gente no compra, hemos vendido menos que en otras ocasiones, esto nos está afectando mucho", aseguró.

ME HA BENEFICIADO

Durante el sexto día de escasez de gasolina en la Ciudad de México el número de automovilistas formados para cargar su tanque se redujo. En un recorrido realizado por La Silla Rota se constató también que disminuyó, en su mayoría, el tiempo de espera en las estaciones de servicio. De permanecer hasta 24 horas en la fila la semana pasada, este lunes hubo quien salió en minutos.

"Estoy en la gasolinera de Eje Central y Doctor Lavista, llevo cinco minutos y ya voy de salida. Hoy (lunes) sí estuvo más relajado que otros días. Es la primera vez que cargo en esta gasolinera, pero está tranquilo. A mí no me afectó tanto porque estuve cargando en las madrugadas", señaló Ubaldo Molina.

Hugo también se tardó cinco minutos en pasar a la estación de servicio ubicada en Versalles y Barcelona, colonia Juárez. "Es la primera vez que cargo durante el desabasto, alcancé a llenar mi tanque antes de que se complicara. Hoy sí se notó el cambio con respecto a otras gasolineras en días pasados. Se veían las largas filas y hoy eso ya no pasó".

A pesar de que este lunes disminuyó el tiempo de espera en algunas gasolineras, en otras la gente estuvo formada varias horas, debido a que estaban al frente y por miedo a que se les acabara el combustible en la búsqueda de estaciones abiertas, se quedaron en la fila. Fue el caso de Mari Chuleón, quien llegó a las 06:00 a la gasolinera de Eje 10 y Copilco. Eran las 14:00 horas y aún no llegaba la pipa. 

"Vamos a seguir esperando hasta que lleguen las pipas porque no sabemos hasta cuándo se va a restablecer esta situación. Espero que esto sea un aprendizaje para todos. Hay que usar el coche solo para lo necesario y no para ir a la tienda de la esquina por unas cositas. Hay que aguantar un poco y dar chance a que se disuelva todo esto".

En estos días de escasez en la Ciudad de México, no solo hubo afectación, hubo quienes capitalizaron la situación y aumentaron sus ventas durante las largas filas. Samuel Hernández, dueño de un puesto de jugos, ubicado enfrente de la gasolinera de avenida Universidad y Coyoacán, se benefició mientras los automovilistas esperaban su turno.

"Me ha beneficiado como vendedor, aunque quizá a las otras personas no, porque duran muchas horas para esperar que haya gasolina".

Mariana Arroyo, es vendedora de tortas, café y ensaladas a un lado de la gasolinera de Universidad y Coyoacán. "Las filas que hay sí me han ayudado mucho, ya que se han incrementado los beneficios en mi puesto. Me han comprado café y tortas. Han subido las ventas, por lo menos la mitad, incluso hoy preparé más chapatas, porque el viernes se acabaron muy rápido".

Aunque en la gasolinera que está a una cuadra de la estación del Metrobús Nuevo León dejó de dar servicio desde las 07:00 horas, Ricardo Garcés, quien es el encargado de la tienda que está solo a unos pasos del lugar, asegura que debido a la escasez de combustible y a la gran afluencia de gente que ha habido en estos días las ventas en el establecimiento aumentaron.

"Mis ventas han subido porque todos los que se ponen aquí y hacen fila me vienen a comprar en lo que están esperando", comentó.

NOS ESTÁ AFECTANDO MUCHO

El caso contrario es el de Finca Palestina, que está a un costado de la gasolineraHidrosina ubicada frente al Metrobús La Bombilla, ya que aunque las filas de vehículos son de entre tres y cuatro cuadras, la cafetería registró disminución en sus ventas.

En el mostrador hay sándwiches y pan de dulce. Al fondo del local, Josefina Gutiérrez, quien atiende el establecimiento, estaba cocinando algo. En tono serio y con semblante de molestia, señaló que la situación generada por el desabasto les perjudicó, puesto que "por la incertidumbre la gente no compra, hemos vendido menos que en otras ocasiones, esto nos está afectando mucho".

A cinco cuadras de distancia, en la esquina de la calle Fernando M. Villalpando e Insurgentes está otra estación de gasolina. Carlos Jiménez tiene ahí un puesto de dulces, botanas, refrescos y cigarros, entre otros productos. Él también dijo que a pesar de las filas de vehículos que han esperado en la gasolinera, su negocio resultó afectado, porque ha vendido menos que en los días normales. "La gente sólo se viene a formar, no me compra", se quejó.

A diferencia de la semana pasada, hoy se mantuvo fluido el tránsito sobre avenida Insurgentes. El conductor de Uber Oscar Vega comentó que ha hecho más viajes y lo atribuye a que algunas personas prefieren no usar sus automóviles hasta que se restablezca la situación.

“No hay desabasto, sólo se creó pánico por los mensajes que había en redes sociales. Además, se hizo más caos porque la gente se iba a formar donde no había gasolina. Yo he cargado gasolina tres veces desde el miércoles, prefiero hacerlo en la noche porque no voy a estar aguantando filas de dos horas, ¡ni loco!", dijo el conductor, quien espera que pronto las cosas regresen a la normalidad.

HA ESTADO TRANQUILO

El policía Víctor Castillo es uno de los alrededor de mil 200 elementos de la Secretaría Seguridad y Protección Ciudadana que vigilan las gasolineras. Ha estado casi todo el día en la de Eje Central y Víctor Hugo, en la Portales. Poco antes de las 19 horas, se le preguntó cómo ha estado el día. Lo calificó de tranquilo.

Recordó que a las 3 de la mañana llegó una pipa que surtió a la estación de servicio y atendieron automovilistas hasta las 12:30 horas. La fila no era como otros días, que llegaba hasta Eje Central. Pero además, cuando a los automovilistas les avisaron que ya no había gasolina, no se quedaron a esperar sino deshicieron la fila y se fueron a buscar combustible a otras, algunas de las cuales otro policía les daba las ubicaciones.

La siguiente pipa llegó en menos de cuatro horas y a las 5 de la tarde ya había descargado combustible, por lo que volvió a dar servicio y se volvió a formar otra fila, de una veintena de vehículos.

"Tardaba alrededor de un día, hoy llegó más rápido la pipa", recordó el policía.

El abasto en la estación se veía más ordenado. Por un lado había un anuncio luminoso que avisaba que se daría preferencia a los automovilistas con engomado azul o terminación 9 y 0, en concordancia con lo propuesto por la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, de que el lunes cargaran los vehículos con la calcomanía de ese color.

Adicionalmente, había una manta que especificaba que sólo se venderían dos garrafones por persona, recipientes que además debían ser de PVC o metálicos, con tapa y asa y resistente al hidrocarburo, y con una capacidad máxima de 25 litros.

Pero en otras gasolineras ni siquiera con garrafones de esas características vendían a quienes iban a pie, como constató La Silla Rota en la gasolinera de Tlalpan y Ciudad Jardín, donde una señora que llevaba dos garrafones rojos -que no eran para ella, sino para un jefe que se le hizo fácil enviarla por ser su empleada- no iba a ser atendida, a menos que llevara el bidón en moto. "Por seguridad", le recalcó un trabajador.

Pese a que la situación de desabasto de gasolina ya no se tradujo en enormes filas, bastaba con voltear a unos metros para constatar que aún falta para regresar a la normalidad. Precisamente enfrente de la gasolinera de Ciudad Jardín, sobre Tlalpan pero divididos por las vías del Tren Ligero, había una estación de servicio, en Tlalpan y Retorno 816, colonia El Centinela.

Pese que eran unos metros los que separaban a los conductores de una estación de servicio que sí tenía combustible de la que no, no se animaban a pasarse, porque para hacerlo tendrían que haberse ido hasta Tasqueña para dar la vuelta y retomar Tlalpan, y presas de la incertidumbre, desconocían si alcanzarían gasolina. Imposible para ellos saber que en Ciudad Jardín la espera era de menos de media hora.

No obstante, esta noche, a pesar de la gran afluencia, las filas se aprecian más cortas que otros en días previos.

En tanto, en la estación ubicada en la calle de Frontera, se avista solamente un par de vehículos.

Con información de La Silla Rota