Ellas sufrieron violencia en noviazgo; ahora luchan contra el amor romántico

Por La silla rota | Miércoles, Febrero 13, 2019

En 2001, Raquel Ramírez Salgado conoció a un joven más grande que ella, la flechó desde el inicio. Era hermano de una compañera de la universidad. "Era guapo y músico". Con el tiempo la relación se tornó tóxica. Comenzó a coartar su autonomía. Le prohibió ver amigos y trabajar. La violencia psicológica escaló a la sexual. Así pasaron siete años.

"No salía de casa, no tenía algo importante para mí en la vida. Eso hizo que yo generara más dependencia y que mi vida girara entorno a él. Por eso pensaba que las cosas podrían cambiar y me resigné. Me decidí a dejarlo una vez que él iba manejando, aceleró a toda velocidad, mientras me decía que me iba a matar. Eso me asustó mucho, yo sabía que la violencia se iba a recrudecer y ya no me quede a comprobar si cumplía su amenaza. Eso fue lo que me movió: el impulso por la vida".

Raquel, profesora e investigadora feminista, se autodefine como una sobreviviente de la violencia feminicida. Después de esa relación, tuvo otro noviazgo muy tóxico, el cual duro un año y medio.

“Después entré en un proceso de depresión muy fuerte. Empecé a tomar antidepresivos, porque no me podía recuperar. En esa segunda relación sufrí violencia psicológica, física y sexual. Luego me casé y duré 5 años y medio. Ahí no hubo violencia física ni sexual, pero sí mucha psicológica. Me costó mucho trabajo no sentirme culpable, porque en ese entonces yo ya era feminista".

Tras estas relaciones, Raquel decidió realizar su tesis de maestría sobre el amor romántico. En el estudio y academia, encontró un motivo para salir adelante y entender que las relaciones de pareja y amistad pueden ser libres de violencia.

Cynthia Hijar también sufrió varias relaciones violentas disfrazadas de amor. En una ocasión conoció a un hombre que se decía revolucionario e intelectual.

“Cuando empezamos a andar me empezó a decir que quería tener hijas conmigo, que yo era súper inteligente. Estaba más chica y me dejé llevar por eso. Eventualmente me empezó a engañar con otras mujeres, no me contaba cuando tenía otras relaciones. Cuando me di cuenta, él andaba con otra chica, le conté a ella y me creyó. Lo dejamos y nos hicimos muy buenas amigas".

A partir de esta y otras experiencias, Cynthia creó el personaje en redes sociales que se llama "Nacho Progre", el cual busca desmitificar a los hombres que se dicen feministas y aliados de las mujeres, pero en sus acciones reproducen la violencia misógina.

Raquel y Cynthia, ahora ya después de sanar sus corazones y elevar su autoestima, cada quien desde su trinchera trabaja para deconstruir al amor romántico, que a decir de ellas, la mayoría de agresiones a mujeres y feminicidios cometidos por sus parejas son consecuencia de esta construcción social.

¿Qué es el amor romántico?

Para Cynthia Híjar, especialista en temas de género y estudiante de la maestría en pedagogía, el amor romántico es esta construcción cultural acerca de las relaciones de pareja que supone que todas las personas quieren casarse y son heterosexuales.

“Plantea la idea de que la pareja tiene características muy particulares: que sea monógama, que sea una pareja que dure toda la vida, que puede omitir ciertas violencias en función de perpetuar esa relación a pesar de nuestra salud mental y dignidad. Se generan una serie de comportamientos dañinos como la posesión y los celos".

Agregó que el amor romántico se entiende como una forma en donde las personas han aprendido a relacionarse desde el dolor y celos. Cuando en realidad hay otras formas de amar que están muy invisibilizadas porque lo que se  enseña es que si quieres a alguien vas a querer estar con esa persona todo el tiempo y controlar lo que hace.

El amor romántico es patriarcal, perpetua estas ideas de roles y estereotipos de género. Reproduce las relaciones de poder entre hombres y mujeres. "En esas relaciones de poder, las mujeres siempre estamos en desventaja, porque aunque también hay mujeres celosas. A nosotras son a quienes nos matan".

La especialista advirtió que una de las consecuencias más terribles de esa construcción patriarcal de la violencia disfrazada de amor es que hay mujeres que son asesinadas por sus parejas. Es mayor el número de feminicidios cometidos por el esposo, novio o ex pareja que por un desconocido, dijo.

“El feminicidio, la violencia misógina, física y sexual, entendiéndose ésta como aquella que se da entre las parejas heterosexuales y el hombre quiere tener relaciones sexuales y ella no, pero al final ella accede. Todas esas violencias están disfrazadas de amor romántico y lo que tenemos que entender es que el amor romántico es una forma de violencia y que además perpetúa esta violencia misógina a la que estamos sobreviviendo las mujeres".

El amor romántico se difunde a través de las películas, series de televisión, literatura, forma en cómo se dan algunas noticias, telenovelas, música y en las escuelas.

Al estar consciente de esta construcción romántica no significa que las mujeres ya no van a tener pareja, pero sí se tiene que reflexionar sobre qué implica esta forma en la que aprendimos qué es el amor, indicó Híjar.

Violencia en el noviazgo

A través de la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del INEGI se conoce que 5 de cada 10 mujeres de 15 años o más han sido víctimas de violencia por parte de su pareja durante su última relación.

De las mujeres encuestadas, el 66.1% refirió que ha sufrido algún tipo de violencia, el 49% violencia emocional; el 41.3% violencia sexual; el 34% violencia física y el 29% violencia económica o patrimonial.

Además, el 15% de las y los jóvenes han experimentado al menos un incidente de violencia física en su relación de noviazgo. La violencia psicológica la han vivido 76% de las y los jóvenes. Dos de cada tres mujeres jóvenes señalaron que fueron forzadas a tener relaciones sexuales.

Con información de La Silla Rota