Estrategia migratoria de AMLO exhibe debilidad en derechos humanos, alertan

Por La silla rota | Miércoles, Junio 26, 2019

Las fronteras deben estar resguardadas, pero no debe haber uso de la fuerza para contener los flujos migratorios, además de que la Guardia Nacional no está capacitada para dichas tareas, consideraron expertos en materia de migración.

"La facultad de revisiones migratorias corresponde única y exclusivamente al Instituto Nacional de Migración apoyándose en corporaciones de distinta índole. Conforme a la ley es la Policía Federal que hoy compone la Guardia Nacional, pero repito, en ningún momento deberíamos hacer uso de la fuerza pública para detener migrantes", dijo a La Silla Rota, el exQuinto Visitador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Mauricio Farah Gebara, donde estuvo a cargo de programas de atención a migrantes.

Para Andrea González Cornejo, también experta en el tema de migración, la actual política de seguridad nacional no tiene una perspectiva de seguridad humana.

"Eso no es algo nuevo, lo que pasa es que es mucho más visible por la militarización que se está viviendo en la frontera y el papel de la Guardia Nacional. Entonces hay como varias cosas a tomar en cuenta, en primer lugar en relación a los derechos humanos, la Guardia o el Ejército o la Policía federal no están capacitadas para atender a las personas migrantes y proteger sus derechos humanos", afirmó a La Silla Rota.

La académica del Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social (Ciesas) opinó que la Guardia Nacional está capacitada para atender emergencias y para proteger la seguridad nacional, no para tratar con personas ni ubicar las problemáticas de las que huyen.

Entrevistados después de la muerte reciente de seis migrantes -dos de los cuales fueron Alberto Martínez y su hija Valeria, padre e hija respectivamente que intentaron cruzar el Río Bravo- los expertos pidieron respeto a los derechos humanos de los migrantes y además considerar que en muchos casos huyen de sus países donde se sufre inseguridad y violencia.

"Insisto, debe haber control migratorio, sí, de quien se interne a territorio mexicano, no puede ser tan porosa la frontera sur simplemente por el control y seguridad que debemos tener. Lo que por ningún motivo debe justificarse es que ese control lleve a la muerte y al padecimiento de familias, a que no se respete la integridad física y psicológica de los migrantes. No encuentro justificación alguna para ello. Escenas como la que hoy muestran todos los medios de comunicación nos dejan muy mal parados, en el sentido que México debe tener la cara limpia para exigir el trato que requieren los mexicanos en Estados Unidos. Nosotros de alguna manera estamos apoyando a la economía y los mexicanos que están allá, que padecen de esas condiciones de persecución, no podemos replicar condiciones del sistema migratorio de estados Unidos al estilo mexicano", alertó Farah Gebara.

"Es preocupante ver las escenas, en la frontera sur, con migrantes o  personas que no tienen papeles y se les regresa sin saber que se les va a poner en riesgo y en la frontera norte haciendo de policía migratoria. Esa escena del papá con el bebé es muy desgarradora y nos habla de una problemática y desesperación de la gente y la siguiente escena de una familia siendo divida donde la mamá se queda con la niña y el papá logra cruzar y la gente de la Policía Federal haciéndola de agentes migratorios, eso es preocupante porque no se ve la protección ni el respeto a los más altos estándares en materia de respeto de derechos humanos", expresó González.

FALTA UNA MIRADA HUMANA

La política migratoria del gobierno mexicano dio un viraje a causa de las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzadas el 31 de mayo hacia el gobierno mexicano, de que aplicaría aranceles a los productos provenientes de México, si no hacía algo para detener los flujos migratorios.

En una negociación a contrarreloj, México logró desactivar la amenaza, cuyo ultimátum se cumplía el 10 de junio, pero el costo fue comenzar a controlar la migración, y para ello desplegó seis mil 500 elementos de la Guardia Nacionalen la frontera sur, ya que por ahí entraban migrantes de Guatemala, El Salvador, Honduras, de Cuba y de países africanos.

A raíz de ello, comenzaron a ser detenidos migrantes y llevados a estaciones migratorias, a restringírseles su derecho de tránsito y a pedírseles identificaciones oficiales en los autobuses foráneos, para que quien no contara con una, fuera detenido.

Cuestionado sobre los operativos, Farah Gebara pidió que se priorice el respeto a los derechos humanos de los migrantes.

"Es fundamental que México cumpla con la ley y eso lleva implícito respetar los derechos humanos, más allá de que las personas tengan documentos para entrar y transitar por el país, sobre una discusión que es muy amplia sobre el derecho humano a migrar, es fundamental que también en cuanto a que cualquier persona pise territorio mexicano el Estado está obligado a atenderle en cuanto la seguridad, integridad física, psicológica, derecho a la salud", dijo el autor del libro Migración, los derechos humanos en México.

González Cornejo explicó que el flujo migratorio tiene condiciones específicas, como el hecho de que muchas de las personas migrantes huyen de la violencia de sus países, que además surge por situaciones como las guerras civiles centroamericanas en los que Estados Unidos intervino, y la guerra contra las drogas en México que padece la región.

Esta crisis tiene muchas aristas y muchas razones de ser que no se están viendo. Como si fuera algo que simplemente hay que detener porque eso va a implicar que haya consecuencias negativas para México y justamente la política ha sido muy errática. Primero de puertas abiertas que se convirtió en una llamada de gente que no quería salir de su país porque sabía que cruzar México significa que te violen, te secuestren, te maten y al ver que había puertas abiertas y pasar sin tener este riesgo pues se empezó a organizar para venir. Luego se cambia el asunto sin decirle a la gente y no hay una mirada humana al fenómeno. Se está viendo como un problema. Ahora la gente ya no sabe qué pasa, hay un permiso provisional donde puedes estar en ciertos estados, pero eso tampoco lo resuelve a la gente su situación

Agregó que además las estaciones migratorias están convertidas en cárceles, y recordó que el 16 de mayo falleció una niña de 10 años en una estación migratoria de la Ciudad de México y aún no se tiene claro por qué murió.

"Hay que decirle a las cosas por su nombre, no hay aseguramientos y retornos voluntarios, no lo son, son detenciones y deportaciones y las estaciones migratorias no son lugares donde la gente esté resguardada, sino son una cárcel", remarcó.

ESTAMOS SIENDO EL MURO DE CONTENCIÓN

Los expertos consideraron que para detener los flujos migratorios una de las opciones que el gobierno mexicano tiene para no hacer uso de la fuerza en contra de las personas migrantes, es atacar los flujos financieros de las organizaciones dedicadas al tráfico de personas.

"La contención migratoria que queremos llevar a cabo podría empezar definitivamente por el combate a las organizaciones delictivas que se dedican al tráfico y a la trata de personas con base en la inteligencia financiera que pueda llevarse a cabo. Seguramente se estarían conteniendo los flujos migratorios que en muchas ocasiones son por conducto y con el apoyo de estas organizaciones delictivas de los traficantes y tratantes de personas y que pueden ser fácilmente detectables por las autoridades, ya que durante muchos años han hecho transacciones financieras entre distintos países centroamericanos hacia México y Estados Unidos hacia México que pueden ser detectados".

"El uso de la fuerza no debería ser utilizado para la contención migratoria. Sí necesitamos tener bajo control del Estado mexicano la internación ya sea por la frontera sur o norte del territorio nacional, pero los principios fundamentales de los derechos humanos deben priorizarse y anteponer cualquier política migratoria que es meramente administrativa", explicó Farah Gebara.

Los precios del crimen organizado para mover a los migrantes han aumentado y es un tema que no se ha tomado en cuenta y no se ha dicho qué se hará para detener a las redes de la delincuencia, señaló González Cornejo.

"Desde hace mucho dicen que estas organizaciones existen y no se les ha atacado, tampoco se les atacado en este momento y la gente va a seguir saliendo porque viene huyendo de donde estaban y estamos siendo el muro de contención que ya éramos pero ahora de manera más frontal y desde una visión militarizada", criticó la también integrante del grupo Migrantólogos.

CONGRUENCIA

El exquinto visitador de la CNDH Mauricio Farah reiteró su llamado al gobierno mexicano a ser congruente y evitar hacer lo que tanto ha criticado del trato de  las autoridades de Estados Unidos a los migrantes mexicanos durante años.

"De otra manera esas palabras y discursos que durante muchos años hemos estado invocando serán huecos, y esta falta de contundencia entre nuestro actuar y nuestra demanda para connacionales que están allá no beneficiará a los mexicanos que se encuentran en Estados Unidos, ni la defensa que pueda hacer el Estado mexicano, porque seremos débiles en cuanto al respeto de derechos humanos de cualquier persona que entre a territorio nacional.

"Me resisto a pensar que seremos el muro de Trump y tengo la esperanza de que México sepa conciliar y esta parte del control a la política migratoria, siempre sin excusa alguna respetando los derechos fundamentales, sin lastimar a los centroamericanos y africanos o a quienes vengan con la esperanza de encontrar una mejor vida y encuentren un muro vertical en su paso de México, ensangrentado y estoy convencido que el Estado mexicano encontrará una fórmula para que esto no sea así", expresó el también investigador de tiempo completo de Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Para González Cornejo, quien es profesora del seminario Procesos migratoriosen América Latina, impartido en la UNAM, aun están pendientes de definir los espacios en México para recibir a los migrantes que tendrán que esperar sus trámites ante el gobierno de Estados Unidos, así como brindarles derechos como salud. Aunque históricamente los albergues han sido utilizados para ello, corren el riesgo de desbordarse, además que desde la semana pasada se ha impuesto una narrativa que cuestiona el uso de recursos que hacen, lo que puede lastimar su credibilidad de manera innecesaria.

"Quien ha cumplido con ese papel históricamente son los albergues y la sociedad civil. Están desbordados y hay una narrativa donde se señaló a los albergues, de que hay un uso de recursos no muy claro. Es preocupante porque en primer lugar los albergues nunca han recibido dinero del gobierno, pero ahora esta narrativa está puesta en marcha y ponen en tela de juicio el trabajo de los defensores de los albergues"

Un ejemplo es que para la atención de los haitianos que llegaron a Tijuana el caso fue resuelto por los albergues, las universidades y la sociedad civil.

"Desde siempre (se hacen cargo). Si tienen a la gente en las cárceles migratorias, tampoco hay condiciones  y hay una serie de derechos vulnerados en los casos de detenciones de niños y adolescentes que no tendrían que estar en estaciones migratorias, los estándares internacionales en materia de protección a la niñez plantean que de ninguna manera la detención es ninguna opción pero vemos que están en las estaciones", lamentó.

-¿Se vulneran sus derechos?

-Claro, concluyó.

Con información de La Silla Rota