Osbelit, la niña que hace magia con gises escolares

Por La silla rota | Martes, Agosto 20, 2019

Es mediodía del jueves 8 de agosto y Osbelit García Morales, una estudiante de secundaria con 14 años, llega a la Casa de la Cultura de Tixtla para iniciar el cuarto día de una semana que forma parte de su nueva vida. Su día comienza con esta entrevista, es la sexta que da en estos últimos días y prevé que termine con el reconocimiento que las autoridades municipales le darán por la noche en el ayuntamiento.

El estímulo lo recibe por la quinta obra de una carrera de pintora con la técnica gis pastel seco sobre macocel en la corriente hiperrealista que inició el año pasado, 2018, con una calidad mayor a la que su maestro, Saúl Meza García, consiguió a los 35 años. "Es una persona extraordinaria, no es una niña ordinaria", dice su mentor.

Para llegar aquí la niña pintora primero caminó unos 30 minutos, junto a su padre, Álvaro García, desde su pueblo Coaquimixco, ubicado en el municipio de Chilapa, hasta el crucero de Santa Ana, un punto que les comunica más rápido con el transporte público para viajar hacia la cabecera municipal de Tixtla.

En total les llevó unas dos horas en llegar, sobre todo porque la lluvia que cayó una noche antes en su pueblo les complicó todo, pero fue mejor esta opción a la de tener que esperar la camioneta pasajera hacia la cabecera municipal de Chilapa y de ahí retornar a Tixtla. La caminata de 30 minutos les ahorró tiempo y dinero.

La pintura por la que reconocerán a Osbelit esta noche es Manos de mi gente, una obra que engloba su entorno personal y el reto de elevar la complejidad de la técnica y corriente pictórica en las que ahora incursiona.

Es el encuadre detallado de unas manos morenas y cenizas, llenas de profundas arrugas que tejen una trenza de palma de soyamiche, base de las artesanías que se hacen en la parte baja de la Montaña, zona territorial de Guerrero de la que forma parte Chilapa.

Las manos que pintó Osbelit son las de su bisabuela Eleuteria, una mujer anciana que sigue tejiendo la palma como lo hacen casi todos en su familia, para tener un ingreso adicional. Los siete pesos que les pagan por cada 20 brazadas (algo así como 20 metros) de cintas de palma, es base económica en esa región, y en la zona es cotidiano que las mujeres y los hombres, de cualquier edad, en espacios que podrían considerarse de ocio, tejan con rapidez estas trenzas.

Es la segunda vez que viene a Tixtla en la semana. "Estamos sorprendidos, nunca habíamos andado en esto", comenta el padre de Osbelit. Aun cuando el lunes pasado es considerado por Saúl como una nueva vida para la niña pintora –viajó de su pueblo para atender a reporteros y se involucró en la inauguración de una exposición donde está su obra–, la faceta comenzó el 22 de julio pasado, cuando colgaron en las redes sociales del Grupo 43 Artes un par de fotografías en las que aparece la niña al lado de su última pintura.

"SORPRENDENTE... OSBELIT GARCÍA MORALES. Apoyo total y gracias por compartir este talento de la comunidad de Coaquimixco, Gro. Niña de tan solo 14 añitos. Orgullo de nuestro Edo. De Gro (sic)", es el mensaje que acompaña ese par de fotos.

Los usuarios de las redes sociales compartieron, como nunca antes, el registro del perfil de Facebook del grupo de artes plásticas, la publicación de la niña pintora. Grupo 43 Artes es un equipo de artistas, del que es miembro el mentor de Osbelit, y donde ella, sin ser un integrante formal, también tiene un espacio. Ahí permanecen dos de sus cinco obras.

Osbelit, su maestro normalista y la pintura

Si bien este jueves es el cuarto día de la semana, es el segundo en el que Osbelit se ve con su maestro. Él vive en Tixtla y ahí hace su vida artística.

La distancia entre los puntos donde residen el maestro y su alumna, la complejidad en los caminos y el transporte público en Coaquimixco, además de los obstáculos con la telefonía y el Internet, al que sólo se puede acceder con fichas prepago que funcionan un par de horas en la comunidad, son sólo algunas de las barreras que les impide tener mejor comunicación, sobre todo en este periodo vacacional.

Durante la entrevista, que comienza tan pronto la niña pintora y su padre llegan, Saúl hace un paréntesis para informarle las buenas noticias de la semana, resultado de haber creado Manos de mi gente y su talento.

Le comenta que una artista escribió en el perfil de la página de Facebook del grupo de artes para ofrecerle una beca fuera de Guerrero y enseñarle lo que conoce de la pintura; que una dentista le llamó para que las contactara, le propuso una revisión gratuita de sus dientes y le encargó una obra. También le menciona que esto sólo es el principio de lo que puede lograr si mantiene la disciplina que ha mostrado en la pintura y en la academia.

Osbelit sólo escucha.

Saúl fue asignado en 2015 como maestro de primaria a la escuela Mariano Matamoros de Caoquimixco, donde a petición del director de ese plantel, al año siguiente abrió una clase de artes pláticas para los niños fuera del programa académico.

"El profe es maestro de primaria y llega a mi comunidad a enseñar y comienza a dar clases de pintura en las tardes", confirma Osbelit, quien en ese momento cursaba el quinto año de la primaria.

Inició las clases extras con ejercicios de rotulación, que él define como la técnica de hacer letras con estilo. "Ahí descubro a ella. Son planas. Cuando le reviso sus ejercicios le digo oye, pues están muy buenos tus ejercicios, y le pongo más, pero a otro nivel. Se va a su mesa. En breve regresa y lo brinca de alguna forma, y le digo, oye, estás muy bien", menciona el maestro sobre la niña pintora.

Saúl Meza García, es un egresado normalista que también tiene una formación académica en las artes plásticas, pero él se piensa con esta destreza desde pequeño. "Soy nato", menciona.

Conforme las clases vespertinas avanzaban, Osbelit fue demostrando sus habilidades y las paredes de la primaria de Coaquimixco pueden dar cuenta de eso.

Según el profesor y la niña pintora hicieron un mural donde aparece Mariano Matamoros y hay frases educativas rotuladas por varios lados. "Muchos que visitan la escuela no lo creen, dicen que no lo hizo una alumna", comenta el profesor.

Las clases extras con los niños siguieron y Osbelit mantuvo su ventaja. El maestro decidió ampliarle a ella la cátedra sobre las luces, sombras, contrastes para elevar su formación. El profesor recuerda una orquídea que trazó en un cuarto de un lienzo de papel con colores escolares (técnica de color) como el momento de su salto. Aun cuando dejó de ser su alumna en la primaria, el profesor y la estudiante no se han soltado la mano. 

Lo tiene todo. Buena estudiante y disciplinada

El periodo vacacional escolar para Osbelit lo inició con el compromiso de ser la próxima abandera de la escolta de su escuela. Durante el ciclo escolar 2019-2020 cursará el tercer año de la secundaria con esta encomienda.

En una condición similar la conoció su profe Saúl. En la primaria también consiguió ese mérito. "Si tú tienes a un ente que es disciplinado, pero que también es inteligente, ¡uf!, vas a tener este resultado", dice con cierto orgullo sobre su alumna.

Osbelit es la hermana mayor de los tres hijos de Álvaro García y Dominga Morales, dos personas modestas que se mantienen sobre todo de labrar el campo y tejer la palma. Su padre se hizo una lesión en los dedos de una mano con un machete hace algunos años en el campo y ya no le permite alquilarse de peón en trabajos de construcción como antes. Ahora todos en la familia tejen las trenzas de palma y hacen unos aros que sirven de asas para bolsas artesanales que les pagan a 30 pesos por docena.

Tampoco se debe perder de vista que el contexto que envuelve al municipio de Osbelit es complejo, sobre todo en términos de violencia.

Con todo eso la niña pintora sigue su formación artística que de manera profesional inició en 2018, cuando su maestro Saúl le asignó un ejercicio en gis pastel seco, una técnica que él mismo no tenía mucho de haber aprendido, todavía en el esquema de las clases vespertinas en su antigua primaria.

Ahora le revisa sus avances en casa, porque las tareas de la escuela ocupan gran parte de su semana. "Como hago tareas, unas cinco horas sábado y domingo, y al día (entre semana) media hora, una hora o a veces no pintó", detalla Osbelit sobre los tiempos en que pinta. 

De mayo a julio del 2018 creó Los Ajos, la primera de sus cinco obras, que de alguna manera significan una escala gradual de complejidad en la técnica.

Enseguida, el mismo julio del año pasado, la niña pintora creó Maracuyá. Su profesor le agendó un espacio en la exposición que el Grupo 43 Artes organiza en la fiesta patronal del barrio de Santiago en Tixtla a partir de cada 23 de ese mes. Lo pintó en una semana en la casa de su mentor, quien aprovechó que la niña estaba en vacaciones de verano y la invitó a que se quedara en Tixtla para hacer la obra.

Después retrató a su padre y creó La Mariposa.

El retrato de su padre es una de las dos obras de Osbelit que están en la Casa de la Culturade Tixtla. Durante la charla ella confirma que el del cuadro es don Álvaro, quien está a su lado. Para retratarlo se basó en una fotografía que le sacó con una tabla portátil de baja resolución que le prestaron y que, advierte, no le permitió profundizar en los detalles de su rostro.

El maestro Saúl explica que regularmente esta corriente pictórica requiere que el artista capte encuadres de calidad para apreciar el nivel de detalle.

Con la obra de La Mariposa tuvo una mejor experiencia, porque para entonces tenía una mejor tabla que le regaló la persona que compró el primero de sus cuadros, Los Ajos. La Mariposa, una obra en la que prioriza al insecto posado sobre unas flores, también ya la vendió.

La venta de esas dos obras hasta ahora le han permitido a Osbelit comprar algunos de sus materiales para seguir pintando, como algunos lápices o gamas de gises, sin que todavía reúna amplios rangos de color y calidad. Hasta ahora casi todo lo ha pintado con material escolar, a excepción de su última obra, para el que su maestro le prestó una gama de gisesque le regalaron de mediana calidad.

"Si está logrando esto con materiales sencillos, que no va a hacer cuando tenga unos profesionales", dice Saúl.

Para Manos de mi gente la niña pintora comenzó en marzo pasado. Este 2019 otra vez su maestro le apartó un espacio para exponer en el barrio de Tixtla este julio. Para esta ocasión fue ella misma la que se trazó hacer algo más complejo, que también simbolizara parte de su vida.

Todo lo halló en las manos de la bisabuela.

Con información de La Silla Rota