Granjas acumulan excremento sobre comunidades mayas en Yucatán

Por La silla rota | Miércoles, Noviembre 20, 2019

Una granja de ganado bovino ha almacenado cerros de excremento de forma clandestina en una comunidad maya del municipio de Hunucmá, en Yucatán, por lo que ha mantenido a los habitantes preocupados.

Por estos hechos, en 2016, la Unión de Pobladores y Avecindados de la Comunidad Maya de San Antonio Chel intentó dialogar con la Secretaría de Desarrollo Sustentable, la Comisión Nacional del Agua y el Ayuntamiento de Hunucmá, sin embargo, no obtuvieron respuesta.

"La comunidad intentó dialogar con las autoridades, no tuvieron respuesta y se decidió pasar a un tema judicial" declaró el abogado de la comunidad Carlos Escoffié Duarte en entrevista.

Actualmente la granja, que inicialmente se hacía llamar Yuca-Agroalimentos, se encuentra en un juicio de amparo promovido por la contaminación del aire, suelo y agua.

El abogado recordó que llevaban tres años operando sin permisos, sólo contaban con el de uso de suelo tramitado ante el municipio de Hunucmá en el 2016. "Las autoridades tenía conocimiento y no tomaron cartas en el asunto", dijo.

El 14 de octubre de este año, el juez ordenó la suspensión de actividades y a las instancias correspondientes realizar las inspecciones para verificar el lugar. Posteriormente la Secretaria de Desarrollo Sustentable ordenó la clausura progresiva de la granja al determinar que existe un alto riesgo para el ambiente.

"Acuden a realizar la inspección y la Secretaria de Desarrollo Sustentable determina si hay un alto riesgo para el ambiente, por lo que ordena la clausura progresiva de la granja hasta que no cumpla con un catálogo de diez requisitos, cosa que no han hecho" dijo Escoffie.

Tras descubrir los cerros de excremento, los abogados analizarán el mecanismo idóneo para presentar ante el juez, pues las grandes cantidades de gas metano y óxido nitroso que el estiércol representa atenta una vez más contra la comunidad.

Comunidades rechazan granjas

En Homún, la megagranja porcícola de la empresa PAPO continúa en suspensión de actividades como medida cautelar para proteger el derecho de la infancia y evitar daños irreparables a la salud, al agua, a un medioambiente sano y a sus derechos como integrantes de un pueblo maya.

Cabe recordar que el 8 de octubre del 2017 los pobladores del municipio realizaron una autoconsulta para expresar su oposición ante el ingreso de la granja. Los riesgos de contaminación se deben a que la empresa de Producción Alimentaria y Porcícola se construyó la zona de recarga de la Reserva Geohidrológica Anillo de los Cenotes. Entre otras acciones también manifestaron su postura con la clausura simbólica de las instalaciones.

En el municipio de Kinchil, el Consejo Maya del Poniente de Yucatán Chikin Ha´ en marzo del 2019 interpuso una denuncia popular ante la Secretaría de Desarrollo Sustentable por el impacto ambiental de las granjas.

Denunciaron que desde el inicio de operaciones se redujo la población de abejas y de las cosechas de miel. Se formaron pantanos de aguas negras por las descargas de la empresa, las cuales contienen excretas y orines de cerdo, dañando el manto freático.

Con información de La Silla Rota