Así es como podría cambiar la educación tras el covid-19

Por La silla rota | Lunes, Abril 6, 2020

Los educadores hablan desde hace un tiempo de la necesidad de replantearse el modo de educar a las generaciones futuras, pero ahora con la aparición del coronavirus en el mundo se podría adelantar el rediseño de los métodos educativos.

Pues hoy en día que los educadores tienen que lidiar con métodos nuevos para comunicarse con sus alumnos, lejos de las aulas, es un buen momento para pensar en cómo esta crisis tan dañina podría ayudar a definir cómo debería ser el aprendizaje para las Generaciones Z, Alfa y posteriores, de acuerdo con Poornima Luthra, consultora principal de la escuela de negocios Copenhagen y Sandy Mackenzie, directora de la escuela internacional Copenhagen.

Generación Z

Actualmente, la mayor parte de los alumnos de nuestras instituciones educativas pertenecen a la Generación Z, una generación que ha crecido en un mundo totalmente globalizado. Es previsible que esta generación, cuyos miembros de mayor edad acaban de cumplir los 25 años, reflexione sobre su educación como resultado de una pandemia mundial, enfrentándose muchos de ellos a la cancelación de exámenes, eventos deportivos o incluso su graduación.

Esta generación se caracteriza por la tecnología, y conceptos como el miedo a estar solo (FOBA, por sus siglas en inglés) y el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés) reflejan sus expectativas de comunicación y retroalimentación instantáneas, colmadas a través de aplicaciones como Instant Messenger, Snapchat y WhatsApp. Esto incluye también a los padres y los educadores, algo que se está intensificando actualmente con el aprendizaje a distancia.

También es una generación que ve la capacidad del trabajo colaborativo para resolver los mayores desafíos a los que se enfrenta el mundo, con el cambio climático y la salud mental entre las primeras prioridades de su agenda, y, en estos momentos, su responsabilidad colectiva de autoaislarse para proteger a los miembros de la comunidad de mayor edad.

Generación Alfa

La Generación Alfa, es decir, los hijos de los millennials, es la generación con más diversidad racial, para la que la tecnología no es más que la extensión de la conciencia de uno mismo y de la propia identidad y las redes sociales, una forma de vida. Estos jóvenes preescolares son también la generación con las estructuras familiares menos tradicionales.

La crisis del covid-19 puede cambiar nuestro mundo y nuestro panorama mundial; también puede enseñarnos cómo tiene que cambiar la educación con el fin de preparar mejor a nuestros jóvenes estudiantes para lo que les pueda deparar el futuro. Estas enseñanzas incluyen:

 

1. Educar a los ciudadanos de un mundo interconectado

El covid-19 es una pandemia que demuestra que estamos muy interconectados a escala mundial: las acciones o los problemas aislados son cosas del pasado. Los triunfadores de las próximas décadas tienen que ser capaces de comprender esta interconexión y cruzar las fronteras para aprovechar sus diferencias y trabajar de una forma globalmente colaborativa.

2. Redefinir la función del educador

La idea del educador como el dueño del conocimiento que imparte sabiduría a sus alumnos ya no encaja con el propósito de la educación del siglo XXI. Ahora que, para acceder al conocimiento, e incluso adquirir competencias técnicas, los estudiantes solo tienen que hacer clic en sus teléfonos, tabletas y ordenadores, tendremos que redefinir la función del educador en el aula. Esto puede pasar por modificar la función de los educadores para que faciliten el desarrollo de los jóvenes como miembros contribuyentes de la sociedad.

 

3. Enseñar las competencias para la vida necesarias para el futuro

En este contexto mundial tan cambiante, los jóvenes necesitan resiliencia y adaptabilidad, dos competencias que se está demostrando que son esenciales para lidiar eficazmente con esta pandemia. De cara al futuro, algunas de las competencias más importantes que van a buscar los empleadores son la creatividad, la comunicación y la colaboración, junto con la empatía y la inteligencia emocional; y la capacidad de superar las diferencias demográficas para aprovechar el poder de lo colectivo con un trabajo en equipo eficaz.

4. Liberar la tecnología para impartir educación

La pandemia del covid-19 ha obligado a instituciones educativas de todo el mundo a aprovechar y utilizar sin previo aviso el paquete de herramientas tecnológicas que existen para crear contenidos de aprendizaje a distancia dirigidos a estudiantes de todos los sectores. A escala mundial, los educadores están probando nuevas opciones para hacer las cosas de otra forma y con mayor flexibilidad, lo que redunda en beneficios potenciales de accesibilidad a la educación para los estudiantes de todo el mundo. Se trata de métodos docentes nuevos que apenas se habían aprovechado hasta ahora, sobre todo, desde la escuela infantil hasta el último curso de secundaria.

Con información de La Silla Rota