¿Son normales los choques en los equipos de presidentes?

Por La silla rota | Viernes, Agosto 7, 2020

Un día después de que el expresidente Enrique Peña Nieto tomara posesión como jefe del Poder Ejecutivo federal, Jenaro Villamil describió con una fotografía entre Carlos Salinas de Gortari, Emilio Chuayffet y Alfredo del Mazo González, los esfuerzos del PRI por mantener la unidad y con ella su apoyo a su carta fuerte para recuperar la presidencia.

Así, el 1 de diciembre de 2012, el gabinete formado para el gobierno de Peña Nieto contaba entre sus filas a políticos iniciados y afines en el grupo Atlacomulco y al equipo político más cercano de Salinas, los grupos que lo llevaron a la silla presidencial.

Académicos entrevistados por La Silla Rota coincidieron en que las diferencias en el equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador, que han llegado a acusaciones directas y renuncias de varios secretarios, son resultado del jaloneo entre las fuerzas que lo conforman, resultado de pagos políticos con los que se conforman los gabinetes.

Para Gustavo López Montiel, académico del Tecnológico de Monterrey, las salidas en un gabinete presidencial no son extrañas, pero los cambios que se han hecho en el equipo del presidente Andrés Manuel López Obrador han estado marcados por el desacuerdo.

"Son normales en el contexto donde el presidente no tiene un gabinete heterogéneo y al haber diferencias esas afloran en algún momento, y en muchos gobiernos ocurre que salen por diferencias, pero es novedoso por la misma imagen del presidente", dijo.

El último escándalo dentro del gabinete presidencial lo protagonizó el secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, al acusar directamente al jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, de entorpecer los trabajos de su dependencia.

Víctor Alarcón, politólogo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), aseguró que las relaciones de poder siempre van a dar a un personaje dentro del gabinete: el jefe de la Oficina de la Presidencia, por su papel de árbitro dentro del grupo con varios intereses.

En 2011, luego de su renuncia como jefa de la Oficina de la Presidencia en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, Patricia Flores Elizondo dijo en una entrevista para El Universal que las diferencias dentro del último gabinete panista fueron como en "todos los equipos", pero a ella la acusaban de mantener un "poder absoluto" en las decisiones.

"Jamás fui un dique, sino todo lo contrario. Los secretarios de Estado tenían que tener una relación personalizada con el presidente porque él los nombró y a él le daban resultados. Yo no tenía por qué ser un filtro", se defendió entonces.

Y las diferencias al interior del gabinete calderonista siguieron, según reportes periodísticos, sobre todo dentro del gabinete de seguridad, donde ya resonaban las acusaciones -de frente y a escondidas- de algunos nexos con el narcotráfico. La administración de López Obrador, como gobierno de transición, va en caída libre a repetir el gabinetazo de Vicente Fox, que en menos de cuatro años sumó 18 renuncias en su equipo.

Fox prometió lo que Obrador "contratar por seis años", pero algo no cuajó tampoco en ese entonces. La tensión llegó casi al final del sexenio, cuando incluso el otrora líder de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Jorge Espina, demandó al expresidente Fox "lograr la cohesión al interior del gabinete", para destrabar pendientes.

Pese a los esfuerzos de priistas por cohesionar el gabinete del regreso, el gobierno de Enrique Peña Nieto no se vio libre de diferencias, como la que generó la Reforma Energética entre la Secretaría de Energía, encabezada entonces por Pedro Joaquín Coldwell, y Petróleos Mexicanos, dirigida por Emilio Lozoya. ¿Las razones? Las dio a conocer la historia.

Con información de La Silla Rota